Estiércol

No me juzguéis según vuestras costumbres, vacías costumbres, las de vuestros padres.

Ahora que ya estáis tan bien plantados en vuestro nuevo mundo

Después de haber mentido tanto fingiendo incertidumbres,

Dejadme ir, dejad que me marche en paz,

Y no me juzguéis según vuestras costumbres

Que al fin son, como decíais vosotros mismos

De las de vuestros padres, vacías costumbres.

No me juzguéis vosotros, antiguos compañeros,

Que en podredumbres compañía no necesito:

Con las mías tengo bastante. No quiero cambiarlas

Por vuestras cálidas, acomodadas,

Autocomplacientes, rancias, leves, enajenadas

Y madurísimas certidumbres.

La sequedad del desierto, para mí,

Es mejor y más clara. Allí no hay mentiras:

Allí, o hay vida, o no hay nada.

Allí hasta los muertos

Mantienen la forma humana.

Solo recordad que la única fertilidad voluntaria

No es, según el alma de las plantas, la apolínea madurez,

Sino el abandono:

La asquerosa entrega, la muerte, la sincera podredumbre,

Y soportar, no ya ser nada, ser peor que nada:

Estiércol, puro estiércol

Azul estiércol

Piedra podrida

Pura repugnancia

Esencia sin sustancia

Larva moribunda:

Mierda que habla.


ElMudo abrió la boca porque quería vomitar, y una vez vomitado la volvió a cerrar, y volvió a ser mudo.

El poema “Estiercol” es parte de Canto Rodado (2014), editado por La Espiral Literària.


Imagen cabecera: Colectivo Sprinkle Brigade. Wet paint. 2006.

2 Número de comentarios

Deja un comentario

*

*

  • Víctor L. Briones
    12 mayo 2015 at 10:38 am - Reply

    Cada vez que releo estos versos se amplifica la impresión. Ese primer verso, como el que empieza a contar una cuento trágico…

  • ElMudo
    12 mayo 2015 at 10:47 am - Reply

    Es un cuento trágico, Briones; y muy doloroso, muchísimo.

  • 336x280ad

    Relacionado con