MARINA LLEDÓ. Noche Rara

La intérprete y autora hispano-brasileña debuta con “Noche Rara”, un álbum mayoritariamente de versiones pero también con temas propios, que se mueve entre la música popular brasileña, los ritmos afrolatinos, el jazz y el pop femenino.

Marina-Lledó---Noche-Rara-portada-lvú}Marina Lledó es una joven intérprete y autora hispano-brasileña que hace su debut con Noche Rara (Youkali, 2015), álbum que incluye once temas: siete versiones (que respetan la esencia original pero llevadas a su terreno, casi siempre con fortuna) y cuatro temas propios. Es una selección de canciones que se enmarcan entre la música popular brasileña, los ritmos afrolatinos, leves reojos hacia el flamenco, el jazz y el pop femenino.

Su padre, el guitarrista Arturo Lledó, funge como productor musical, arreglista e instrumentista, plantilla que se complementa con José San Martín (batería y otras percusiones), Juan San Martín (bajo), Jorge Vera (piano) y con algunos invitados distinguidos: el pianista Pepe Rivero, el saxofonista Bobby Martínez, la violinista Maureen Choi y el percusionista Rogeiro de Souza.

Las fotos de Giuseppe Marconi que ilustran portada y arte del disco son imágenes bellas pero creo que dan una impresión no del todo fiel de lo que es el producto principal, la música y su esencia. No reflejan la frescura, el colorido y alegría que creo mayoritariamente posee el disco y más bien hacen pensar Marina-lledó-art-lvúque la música que escucharemos se encuentra en un ánimo más sereno de lo que realmente está.

Curiosamente, las perlas del disco se encuentran en el tramo final, cuando uno podría pensar que la propuesta ya ha mostrado todo cuanto podía ofrecer: “A menina dança” (original de Novos Baianos, si bien es probable que sea la versión de Marisa Monte la que le haya llegado de manera más cercana), en la que el conjunto muestra gran fluidez y algo de duende incluso, refrescando el cuerpo como el agua fría en verano; “Marina” (de Gilberto Gil), en la línea de la anterior, gasta soltura y gracia, son minutos de puro gozo; y “Garota de Ipanema” (de Jobim y de Moraes), archiconocido tema que puede llegar a hacer pensar al melómano de largo recorrido que finalmente se decida adentrarse en este disco, “¿de verdad tendré que volver a escuchar otra versión más de ‘Garota…’, encima de una cantante prácticamente desconocida?”. Pues sí, pero desde ya lo tranquilizo porque esta es una versión muy afortunada, potente y hasta algo descarada, en la que los músicos implicados prueban con éxito sus capacidades rítmicas y dinámicas, registrando una versión atrevida y propositiva que no nos hace echar de menos en absoluto el vaivén suave como brisa crepuscular a la orilla de la bahía con el que más a menudo asociamos esta pieza.

Aunque no se encuentra al final, añadiría a esta lista de aciertos “Ironía”, tema original de Lledó, risueño y solar, en el que de pronto nos recuerda a voces como Natalia Lafourcade o Julieta Venegas.

Ya sólo por estas canciones está justificado el lanzamiento.

¿Y está bien lo que bien acaba? Pues relativamente, porque Noche Rara también presenta algunos momentos más flojos y sin tanta capacidad para el embeleso como estas mencionadas. Ejemplo de ello son “Let me go” (original de Marina), la única pieza en inglés del set y para mí gusto la más prescindible, y “Preciso me encontrar” (original de Cartola), la pieza más lenta del álbum y a la que la interpretación de Lledó le falta sazón, pozo. Normal: es muy joven.

José-luis-Luna-MArina-Lledó

El resto de las canciones se encuentran en un punto intermedio, disfrutables pero sin llegar a brillar como las que comenté al principio: “Mama África” (original de Chico César), groove brasileño con una excelente base de percusión y unos detalles y giros vocales de Marina que sorprenden gratamente; “Para decírtelo así”, tema juvenil, desenfadado, fresco, de contenido un tanto ingenuo, en el que destaca, como así ocurre en otros temas, la inspiradísima participación de Jorge Vera al piano y por su parte la interpretación de Lledó de pronto hace que me acuerde de algunos gigantes argentinos como Luis Alberto Spinetta; algo así también me ocurre con “Noche rara”, el tema titular, original de Lledó, una pieza atractiva, dinámica y la más ambiciosa del set, aunque, no obstante, percibo que por alguna razón esta grabación no termina de despegar (otra reminiscencia curiosa: el giro vocal final recuerda a Teresa Iturrioz de Single, el dúo pop donostiarra). Finalmente, “La maza” (original de Silvio Rodríguez) consigue, con la ayuda de la violinista nacida en Michigan Maureen Choi, cierto pulso contundente, y Marina imprime a “Cajuina” (de Caetano Veloso) justa sensualidad.

Noche Rara es un trabajo chispeante, alegre, también femenino, cálido, frágil y que refleja ciertamente algo de la inocencia de la autora. Se trata de una intérprete con un gran sentido del ritmo y naturalidad musical, se nota que ha tenido una relación desprejuiciada con ella desde pequeña.

Para esos “melómanos de fondo” (en vez de corredores, se entiende), esta será una propuesta disfrutable aunque quizá no especialmente reveladora, si bien considerarán que Marina Lledó se puede tratar de alguien que puede llegar a hacer discos más logrados e interesantes, porque quizá sólo le hace falta eso para terminar de brillar, más recorrido y oficio; lo cierto es que swing tiene y el duende de pronto lo alcanza.

Lledó padre, Lledó hija.

Lledó padre, Lledó hija.


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