No estoy muy de acuerdo con la primera parte de este artículo porque considero que los personalismos son peligrosos. Ojalá que sea verdad esa preferencia que indicas de Monedero por crear ideas más que aspirar a un cargo o sillón. Eso sí, en el momento en que te centras en reflejar la postura «cómoda» de muchos ciudadanos que prefieren el miedo y la costumbre al cambio y de otros que, apocalípticos, se calzan su odio para atacar frontalmente al que ven como amenaza de su dominio que dura ya demasiados años del grifo patrio; el artículo se convierte en muy atinado. No soy Juancarlista pero si tengo ganas de que esta ilusión se amplíe y se haga evidente que necesitamos un cambio, un viraje hacia lo común y lo humano porque el chollo del consumismo se acaba, si es que alguna vez fue ese chollo para el atemorizado ciudadano medio.