UMBRA SUM. Aún no has demostrado nada

Proyecto solista de Ed Sánchez-Gómez, costarricense emigrado en Chicago. Indie-noise-pop con influencias latinoamericanas.

umbra-sum-aun-no-has-demostrado-nada-LVÚUmbra Sum (sombra somos, en latín) es el proyecto solista de Ed Sánchez-Gómez, un costarricense emigrado en Chicago, y Aún no has demostrado nada (Acuarela, 2014) es su debut en “larga duración” (las comillas son porque el álbum no llega ni a los 35 minutos).

Siete temas construyen la carta de presentación de esta nueva propuesta que nos llega desde el otro lado del Atlántico, la cual se mueve entre géneros tales como indie, noise, pop, y otro tanto de psicodelia, folk, música latinoamericana y elementos experimentales, entre otros.

Destaca particularmente la que da nombre al disco, la más larga del set (casi ocho minutos) y la más compleja, una que, en parte, recuerda a los primeros Planetas, a Dinosaur Jr./ J. Mascis (sobre todo por esos fuertes subidones repentinos) y a Sonic Youth. “Que el verano nos perdone” también se encuadra dentro de estas influencias y logra llamar nuestra atención por sus emocionantes giros y cambios aunque deja la impresión de que una canción así podría dejar mayor huella de lo que esta grabación consigue.

A señalar también “Dulce reposo”, en la que encontramos remotos ecos de Devendra Banhart, Gustavo Cerati, gotitas tropicales, gestos surferos, pop americano (dicho de manera continental). Es quizá la más confortable y costera del disco. Sobre el final de esta, una tierna trompeta y una voz femenina extraída como de una serie anime embelesan el oído; probablemente se trata del momento más hondo del álbum.

También solar y buenrollista es “Años como flores”, en la que se aplican lecciones aprendidas a Brian Wilson. Y no es un ukelele lo que escuchamos sino un charango, quizá con ello queriendo acentuar cierta preponderancia por lo latinoamericano dentro del marco musical mayoritariamente anglosajón en el que se mueve Sánchez-Gómez. “Hazmerreír” es la más pegadiza, recayendo en la auto indulgencia dulzona y amparándose en algunos recursos cercanos al bolero.

La infantil línea musical de “Nuestro imposible”, a excepción del guitarrazo “dinosauriano” que llega sobre la mitad de la pista, podría ser parte de la banda sonora de un videojuego tipo Animal Crossing (el glockenspiel es un elemento clave para generar esta sensación). Contrariamente, “¿Quién dijo miedo?” presenta un sonido más maduro aunque, sin embargo, se queda corta, le falta solidez y convicción ya que la canción medio deambula.

El arte del álbum transmite, asimismo, sentimentalismo y nostalgia; la evocadora portada podría ser el fotograma de una película francesa de los cincuenta o de un film estadounidense de corte independiente.

Algunos puntos débiles: le falta dominio y más agudeza; no me terminan de convencer algunas uniones entres motivos musicales. Por otro lado, la calidad de la grabación/mezcla/masterización no es la mejor y el álbum presenta imperfecciones. No es que Ed Sánchez-Gómez aún no haya demostrado nada, algo sí ha demostrado en su debut, pero definitivamente necesita pulir su trabajo en todos los sentidos. Le falta gracia, sacarle punta al lápiz y, por supuesto, desarrollar una voz propia más auténtica y profunda.


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