Cierre del Bestia Festival: un evento definitivamente consolidado

Actuaron (SIC), Monogatari, Neurosis y los holandeses The Ex, quienes ofrecieron la mejor interpretación de la noche.

El sábado 22 de noviembre se realizó el último día de actividades musicales del Bestia Festival en el Centro Cultural Indianilla de la Ciudad de México, foro museístico que en escasas ocasiones ha sido sede de eventos musicales aunque no entiendo por qué ya que la acústica es muy buena y la capacidad es bastante decente.

Al entrar al lugar, como antesala se podían observar diversas ilustraciones de gis sobre pizarrones creadas por artistas como Alejandra Mosig, Juan Bautista, Colectivo Zapote, el Manco, Mijau y Martín Soto Climent, en alusión al movimiento social surgido a partir de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa, que a pesar de sólo contar con el color blanco, narraban con claridad el rojo sangriento y la negrura de la impunidad. Sin duda un acierto de la organización solidarizarse con los lamentables sucesos que acontecen en el país, ahora más que nunca se requiere de actividades artísticas subversivas y de conciencia social.

Martín Soto Climent y Juan Bautista. Foto: Ray Marmolejo.

Martín Soto Climent y Juan Bautista. Foto: Ray Marmolejo.

Los primeros en actuar fueron (SIC), dúo entre Rodrigo Ambriz (improvisación vocal) y Julián Bonequi (batería e improvisación vocal), quienes se caracterizan por sus fuertes cargas sonoras con sólo voz y batería, embrollosos remates de batería aunados al contraste de voz grave y lenta de Bonequi con la de Ambriz que iba a toda velocidad declamando lo que parecían ser grabaciones de voz a la inversa, como si sus procesos lingüísticos fueran en reversa; en facetas la batería tomaba algunos ritmos africanos y junto a los poseídos cánticos su presentación se convertía en un rito para celebrar la experimentación e improvisación deshinibida de cualquier clasificación.

Julián Bonequi, (SIC). Foto: Ray Marmolejo.

Julián Bonequi, (SIC). Foto: Ray Marmolejo.

Le siguió otra banda mexicana bien conocida en el nicho, Monogatari, repitiendo aparición en el festival. La agrupación punk noise de culto de la ciudad, quienes han sido en numerosas oportunidades teloneros de bandas de géneros similares a los que se exponen en el Bestia, salieron a escena con sus tradicionales mallas de rayas blancas y negras cubriendo sus rostros.

Monogatari. Foto: Ray Marmolejo.

Monogatari. Foto: Ray Marmolejo.

La condición física de los integrantes sigue impecable ya que para obtener el ruidasal como el que exhiben se necesita bastante.
Solamente 30 minutos pudieron tocar cada una de las bandas mexicanas, la verdad es que muchos de los presentes se quedaron con ganas de algo más. No obstante, dejaron nuestros tímpanos hirviendo para continuar con los dos actos más esperados de la noche.

Primero, al pasar las 22 horas, hizo acto de presencia el conjunto holandés de avanzada (a la par de Sonic Youth) post punk/no wave/anarcho punk, The Ex, el directo más rítmico y digerible de la noche, y no por ello menos impresionante, quienes visitaron por primera vez México después de 35 años de existencia. La banda se encuentra en transición a una nueva época ya que apenas en 2009 se incorporó Arnold De Boer como sustituto del vocalista original, G.W. Sok, lanzando en 2011 el álbum Catch My Shoe, el primero que no cuenta con la participación de éste. El setlist del concierto estuvo basado en canciones de esta última producción.

The Ex. Foto: Ray Marmolejo.

The Ex. Foto: Ray Marmolejo.

En pleno 2014 manifestaron su capacidad evolutiva y adaptativa, conservando la esencia anárquica y rebelde de sus inicios pero entendiendo perfectamente el límite entre el «ruido» y la puesta en escena de un show agradable e incluso hasta bailable. En pasajes era stoner, garage; en algunos puentes pasaban por el shoegaze; en otros momentos creaban un ambiente burlesco y circense.

Sin duda son influencia indirecta o directa de bandas como Blur, Nirvana o más recientemente A Place To Bury Strangers. Y a mi juicio, si The Ex fuera música electrónica serían Underworld.

La alegría de los integrantes era radiante, a Terrie Ex y De Boer no se les borraba la sonrisa del rostro, se notaba que lo estaban disfrutando inmensamente; en «Top Of My Lungs«, la baterista Katherina Bornefeld pasó a primer plano para cantar, no sin antes agradecer al público y expresar algunas palabras de aliento por los sucesos que vive el país.

Un par de piezas más y abandonaron el escenario pero gracias a la respuesta del público los holandeses pidieron tiempo para un bis y se lo concedieron.
Anunciaron que montarían una pequeña tienda con vinilos y CDs, además de que los que quisieran pasar a saludar serían bienvenidos a convivir.
Presentación memorable en todos los aspectos.

Neurosis. Foto: Toni Fraçois / tono.tv

Neurosis. Foto: Toni Fraçois / tono.tv

Poco antes de las 23:30, Neurosis retumbó en las inmediaciones del lugar con aforo casi lleno (aunque siempre muy cómodo), explosiones sonoras tan fuertes que sinceramente después de la primera pista tuve que retroceder unos cuantos metros porque sentía que las ondas sónicas estaban descalsificando poco a poco mis huesos, destruyendo mis tímpanos y haciendo vibrar la madera del suelo siempre al borde de reventar.
Aunque el metal y sus derivados nunca ha sido de mis géneros más escuchados y pienso que el set de la banda californiana es en demasía repetitivo, se agradece y reconoce la ferocidad implacable en las partes fuertes de sus temas, las densas atmósferas y oscuridad provocadas, así como la paciencia, lentitud y dramatismo en los interesantísimos puentes musicales.

Por más de dos horas los presentes observamos y escuchamos un despliegue técnico impecable de post/sludge/doom metal que demostraba por qué Neurosis sea tal vez la banda del género que ha provocado más influencias en las últimas dos décadas.

El estilo de la banda obviamente se distingue con diferencia del «metal» expuesto en festivales con fines comerciales y mediáticos.
Algunos temas que fueron interpretados de entre su basta obra fueron «Locust Star«, «A Sun that Never Sets«, «Stones From the Sky«, «Water is not Enough”, «At the Well»  y “The Doorway«.

El Bestia Festival no sólo se conforma con lograr la exhibición de proyectos arriesgados fuera de la zona de confort del oyente promedio, sino que propuestas que fueron vanguardia en su época y ahora son leyendas que nunca esperabas ver en vivo también tienen cabida, y así el Bestia consigue alto nivel tanto en diversidad como en calidad conceptual, poniendo especial énfasis en el audio, a cargo del ingeniero Daniel Goldaracena, que es, sin afán de adular, de las mejores sonorizaciones que haya escuchado en cualquier festival.

De esta manera es cómo apenas en su segunda edición, Bestia Festival es ya un evento consolidado.


Fotos de cabecera: Ray Marmolejo.


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