HANS FALLADA. El bebedor

Espeluznante y crudo testimonio de un espíritu atormentado y dominado por sus debilidades.

Hans-Fallada-el-bebedor-LVÚEl bebedor de Hans Fallada, seudónimo de Rudolf Wilhelm Friedrich Ditzen (21 de junio de 1893, Greifswald – 5 de febrero de 1947, Berlín), es una novela parcialmente autobiográfica que relata la espiral autodestructiva de Erwin Sommer, un respetable comerciante de productos al por mayor de una pequeña ciudad de Alemania, que sucumbe a la bebida, zozobrado por una mala racha personal y profesional. El alcohol, una de tantas adicciones que afectaban al propio Fallada (murió finalmente por una sobredosis de morfina a los 54 años de edad), poco a poco pero de manera contundente va degradando moral, ética y físicamente al protagonista de este relato al punto de que, primero, roba y amenaza de muerte a su mujer, y, segundo, es aprisionado preventivamente para luego ser trasladado a un sanatorio donde transcurre gran parte de la historia.

La vida de Hans Fallada estuvo marcada por la locura y la desgracia, por lo que su paso por instituciones psiquiátricas y la cárcel fue constante. Siendo adolescente intentó suicidarse junto a un amigo suyo, pero el plan se frustró y lo único que consiguió fue que le acusaran de asesinato, ingresando por primera vez a un hospital para enfermos mentales. Tuvo varios trabajos, entre ellos el de contable, en donde se apropió de dinero que no le correspondía y le condenaron a casi tres años en prisión. Luego de varios vaivenes similares, en 1944 regresó a la cárcel tras una disputa con su esposa en donde disparó un arma de fuego, según el autor, de manera accidental. Ahí, en espacio de dos semanas, escribió a escondidas El bebedor, garabateándola de forma casi ilegible, escrita en un código personal, temeroso de que le pudiesen requisar su obra.

No fue hasta 1950, tres años después de la muerte del escritor, que se pudo descifrar el texto y publicar en Alemania. Desde entonces, esta novela había permanecido inédita en castellano hasta que Seix Barral (que también ha publicado En mi país desconocido. Diario de la cárcel, 1944, otra obra realizada en esta accidentada época que vivió Fallada) la ha editado en mayo del 2012.

En El bebedor, que ha sido comparada con El jugador de Dostoievski, Hans Fallada nos describe, más que la historia de un bebedor, las consecuencias de haber bebido inconscientemente. Su prosa es directa, cruda y desinhibida; no deja de lado su sentido del humor, pero sobre todo, y a pesar de que su historia evoca mayoritariamente imágenes agrias y penosas, consigue conmover y enternecer por su sinceridad y transparencia sentimental. Su personaje, Erwin Sommer, no procura ser simpático ni ejemplar.

En El bebedor no hay referencias directas al régimen nazi (que estaba a poco de caer cuando se escribió esta novela), pero sí las hay entrelíneas: Fallada describe los mecanismos visibles e invisibles de la prisión y del centro psiquiátrico al que va a parar su personaje. Instituciones cuyo modus operandi nos recuerdan un poco a los campos de exterminio, en donde unos demenciales poderes sin misericordia reprimían o desaparecían cualquier indicio de humanidad o sentido común.

La parte del sanatorio es, sin duda, el momento en el que más escalofríos podrá sentir el lector porque Hans Fallada describe detalladamente la situación infrahumana con la que se trataba a los enfermos. “En esta horrible casa se reunía el último desecho de la humanidad”, concluye Erwin Sommer. Espeluznante y crudo testimonio de un espíritu atormentado y dominado por sus debilidades.


Artículo publicado originalmente en Fac magazine.


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