El día 4 de octubre del año 2011 fue detenido por la policía en su Lérida natal el rapero Pablo Hasél (nacido en 1988 con el nombre de Pablo Rivadulla Duró), acusado de un delito de supuesto enaltecimiento al terrorismo debido al contenido de sus letras y más específicamente por el tema “Democracia su puta madre” en el que Hasél ensalza la figura de Manuel Pérez Martínez, alias Camarada Arenas, secretario general del Partido Comunista de España (reconstituido), supuesto miembro de los GRAPO (grupo armado antifascista que operó en España desde finales de los sesenta hasta principios de los ochenta) y preso político desde el 2000.
La policía registró el domicilio del MC y le requisó, entre otras cosas, discos duros donde guardaba varias de sus creaciones que aún no se publicaban. Finalmente y después de que le encerraran en el calabozo, salió en libertad provisional, teniendo que comparecer quincenalmente en los juzgados para firmar y sin poder salir del país. Artistas y simpatizantes de izquierda se quejaron públicamente, señalando este incidente como un acto de represión en el que se censuraba la libertad de expresión. Desde entonces los meses han pasado y Pablo este año cumple 26.
Tramposos como son los que están en el poder, le avisaron con apenas un mes de antelación que su juicio se celebraría por fin este 10 de marzo del presente año, por lo que Hasél no tuvo la oportunidad de preparar y llevar a cabo una campaña demasiado fuerte que diera a conocer su caso, buscando así apoyo ciudadano para pedir su absolución. A pesar de esto algo se ha hablado de su situación. Pablo Hasél se enfrenta a dos años de cárcel por hacer canciones que incomodan al sistema. La sentencia la sabremos en las próximas semanas.
No siempre es así pero el rap suele ser un género bastante contestatario y la verdad es que las letras de Hasél son de las más fuertes y directas que he oído no sólo en el rap español sino en el rap en general. No me extraña que el sistema lo considere un radical teniendo en cuenta que vivimos en tiempos de hipócrita corrección política y capitalismo salvaje (el dios de nuestra era), y, sobre todo, sabiendo que España ha sido un país sojuzgado por una dictadura fascista que aunque oficialmente duró 37 años (que no es poco), aún hoy resulta evidente que los que están en el poder y legislan (bien se muevan por las sombras, bien sean caras públicamente reconocibles) son los mismos -alguna generación mediante- que estaban en el poder legislando en el pasado.
El hecho de que se ocupen por censurarle a él resulta ridículo a comparación del desplome del estado del bienestar, la decadencia de valores éticos y la brecha cada vez más ancha entre clases sociales que el sistema consiente y promueve, mismas cuestiones que Hasél critica férreamente en sus letras.
Según el comunicado del propio rapero tras el juicio, al gobierno le preocupa de manera especial su posicionamiento con respecto a la lucha armada, ya que en sus canciones incita continuamente a la rebelión ciudadana, rechaza la protesta pacífica e incluso menciona amenazantemente los nombres de aquellos dirigentes o empresarios a los que, según su criterio, habría que pegarles un tiro en la nuca. Les preocupa porque además sus canciones han llegado a oídos de mucha gente, particularmente a otros chavales como él, hartos de todo, potenciales “amenazas” que puedan cuestionar y desmantelar este sistema que beneficia a una minoría.
Si bien la mayor parte de lo que escribe y canta Hasél tiene un sustento de buena razón, en ocasiones se podrían debatir varios incisos en su discurso ya que a veces pareciera contradecirse, justificarse y reafirmarse todo el rato innecesariamente (típico del rap, por otra parte) y hasta pecar de intolerante fanatismo al comunismo (para él ser comunista es algo así como una de las más altas virtudes a las que puede aspirar una persona, y en parte puedo entenderlo y estar de acuerdo en ello pero creo que la realidad es mucho más compleja como para reducirla sólo a eso), sin olvidar mencionar la rabia y odio que transmite en cada uno de sus temas exhibiéndose como alguien colérico, intransigente y a punto de estallar, aspectos lógicos y comprensibles de su forma de presentarse ante el mundo debido al contexto que se trata (el rap es así) pero que pueden deslucir y deslegitimar un mensaje (en principio muy valioso y necesario) de cara a una ciudadanía más relativista y moderada.
Pero no quiero que se me malinterprete, si bien no estoy de acuerdo con algunas de sus posturas y actitudes (por ejemplo: dice no votar disque por no participar en el circo pero para mí no votar es darle un voto a la derecha, las cosas como son; yo sí creo que la protesta pacífica es válida y sospecho que él me tomaría por un imbécil y un blandito por pensar así; entre otras cosas), puestos a escoger yo también preferiría por goleada un mundo comunista que uno capitalista (aunque en dado caso tampoco creo en ningún paraíso porque considero que lo que está podrido es el ser humano), y definitivamente me parece un alarmante atropello llevarlo a juicio sólo por escribir unas canciones que muestran un descontento que al fin y al cabo muchos compartimos. Llevarlo a juicio a él y no a otros que han hecho algo parecido pero del otro lado de la moneda es la prueba de que España es un Estado policial fascista encubierto en una democracia.
En lo musical, Pablo Hasél lleva aproximadamente desde los catorce años haciendo rap. Ha publicado en internet un montón de títulos que están en libre descarga aunque él mismo recomienda únicamente unos cuantos en su web personal. No sólo habla de política y de injusticia social, tiene otros temas más confesionales y sentimentales, y otros donde hace mofa sobre generalidades o particularidades que él ve en su día a día. Es un autor considerablemente prolífico y aunque sus canciones pudieran parecerse entre sí, todas tienen algo particular y los arreglos resultan estimulantes y gratos de oír. Es un buen rimador y se nota un dominio del flow. Su último trabajo, Tarde o temprano venceremos, está a punto de ver la luz.
Fuerza Pablo.
Artículo publicado originalmente en Satélite Media.
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