¡CHICAS! Spanish Female Singers. Volume 2. 1963-1978

Ya está aquí la segunda parte de esta serie hispano-femenina compilada y comentada por Vicente Fabuel, que abarca géneros como el ye-yé, rock ‘n’ roll, twist, beat, gipsy rock, soul, funk, entre otros, y que se abrió con ¡Chicas! Spanish Female Singers 1962/1974 (Vampisoul, 2011), lanzamiento que fue toda una sensación.

En este ¡Chicas! Spanish Female Singers. Volume 2. 1963-1978 (Vampisoul, 2015) sólo repiten un par de nombres que ya conocimos en la primera parte, Alicia Granados y Las Chic (grupo que embellece la portada del recopilatorio). La primera canta contra la alineación en “No soy un guarismo” con 17 añitos, mostrando esa rebeldía juvenil del momento, y las segundas, quienes para cuando grabaron “Tic a tic a toc toc” pasaron de ser cuarteto a trío, encantan con este juguetón tema compuesto originalmente para las Kim Sisters, un trío de chicas surcoreanas que desarrollaron su carrera en Estados Unidos.

Entre los 28 temas de este segundo volumen destacan las presencias estelares de Rocío Dúrcal con la redonda y colorida “Me están mirando”, dejando patente por qué fue una de las voces más populares de su tiempo y una de las intérpretes pop (mainstream) más talentosas; y Paloma San Basilio, mostrando en cuatro minutos un sonido que define perfectamente parte de la esencia de la década de los 70 con un tema, “Contigo”, de impecable factura entre bailable y sofisticado, y que podría haber sido la banda sonora de una serie a la española tipo Los Ángeles de Charlie debido a esos exquisitos arreglos orquestales.

Menos consumada que estas dos pero recordada por algunos hits muy conocidos, Elsa Baeza, de origen cubano, aparece aquí con “Dubeque Dublín”, una preciosidad bossa como un amable soplo tropical que casi nos hace sentir el olor del coco y el mango.

A la ye-yé tardía y poco conocida Blanca Aurora la recuerdan aquí con “Tú no eres ye-yé”, un tema que la supera a ella misma en popularidad, siendo una de las canciones más pinchadas en guateques retro. Curiosa canción que habla sobre un próximo matrimonio entre dos personas antagónicas, una chica ye-yé y un chico más bien clásico.

Siempre y desafortunadamente a la sombra de Las Grecas, el también dúo Morena y Clara publicó algunos temas que nada tenían que envidiar a los de las hermanas Muñoz Barrull, como “Ya no te guardo rencor”, rock gitano femenino de gran altura. Por su parte, Elia Fleta, quien en los 50 formó un conocido dúo con su hermana Paloma, está presente aquí adaptándose al cambio de los tiempos con una versión del “Little Town Flirt” de Del Shannon, reconvertido al castellano como “Tu vida cambió”; ciertamente Elia Fleta supo transmitir la nostalgia de la pieza.

Sobrinas de Elia Fleta son Elia y Elizabeth, dos hermanas colombianas de padres españoles que recientemente fueron reeditadas también por Vampisoul en un disco que incluye doce temas titulado La onda de Elia y Elizabeth, álbum que ofrece también el tema que aquí podemos disfrutar, “Ponte bajo el sol”, un pop etéreo, desenfadadamente juvenil y en cierto sentido de largo alcance porque es un sonido que sigue influyendo a artistas de hoy: medios especializados de pop en todo el mundo escogen en sus listas de lo mejor de cada año discos publicados por chicas con una esencia y gestos similares, si bien modernizados.

Señoritas de países de habla hispana que se rescatan aquí son la cantante mexicana conocida como Sola con “Tabú, tabú”, ralentizado funk con pizca de bossa que llama especialmente la atención por su afilada y un tanto cruda letra con versos como “Si quieres una vida larga, aunque sea falsa, aunque sea fea, olvida que hay miserias, olvídate del sexo, no hables del gobierno, no hables de la biblia, no dudes de la iglesia, olvídate de Mao, olvídate de Castro…”. Después de la mexicana suenan Las Trillizas de Oro, un trío de hermanas argentinas que grabaron la hipnótica y un tanto extraña “Pochoclo” siendo aún unas niñas; luego en 1978 ya un poco más mayorcitas y de muy buen ver, las descubrió Julio Iglesias incorporándolas a su conjunto vocal de acompañamiento.

Aquí también están los peruanos Anabella y Los Platinos con “Aho… aho”, pieza que presenta dobleces arabescos y atractivos cambios de ritmo; y los argentinos La Nueva Generación (no confundir con el grupo catalán de mismo nombre) con “Más me enamoro de ti”, sensacional groove-funk de gran y estimulante pulso.

Igualmente encontramos en este segundo volumen algunas voces de artistas no hispanoamericanas incursionando en canciones en nuestra lengua. Por ejemplo, la guapísima Claudine Coppin, francesa que seguro arrebató algunos suspiros en la España de finales de los sesenta e hizo bailar a más de uno con temas como “40° a la sombra”, hitazo veraniego que formó parte de la banda sonora de la película de mismo nombre, dirigida por el bizarro Mariano Ozores; o Barbara Potts, conocida aquí simplemente como Bárbara (con tilde), una tremenda afroamericana que abordó un tema compuesto por el Dúo Dinámico, “Conquistador de cartón”, arrasando con todo a su paso.

Me falta comentar otros nombres –Claudya con Ramón y Sus Showmen, Ana Kiro, Satin Bells, Karina con Los Jaguars, The Zara’s, Los Jolly’s, Los Cenits, Los Unísonos…- pero no quiero destripar todo el contenido, casi mejor que te hagas con una copia y armes una fiesta con las colegas; ya me entiendes.

Bien por Vampisoul, reivindicando el papel de las mujeres en la historia del pop, nuestro pop, hecho en tiempos de todavía gris franquismo. Cómo nos gustan estas ¡chicas!

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