Francisco Valenzuela y Revés, nueva imagen, nueva etapa

Entrevistamos al editor de la pionera Revista Revés, publicación sociocultural que lleva ya casi trece años dando guerra en la ciudad de Morelia.

Francisco Valenzuela, multifacético personaje de la escena alternativa de Morelia (México), fundó la Revista Revés en el 2002, una publicación de temática sociocultural con espacio para, entre otras cosas, la crítica, la reflexión, la denuncia, la crónica, el humor y la difusión de material de autor como el relato breve, la poesía, la ilustración, la fotografía… En principio y durante buenos ocho años se publicó mensualmente en formato físico. En el 2011 dio el salto a la red y se dejaron de imprimir números.

Revés ha sido y es algo más que una publicación de periodismo sociocultural escrito. También han organizado eventos y presentaciones de libros, realizan reportajes con cámara en mano y publican podcasts, entre otras actividades, sin olvidar mencionar las sinergias, visibles e invisibles, que genera la publicación que capitanea Valenzuela con otros entes culturales y/o personalidades concretas.

Revés acaba de reciclarse, el aspecto de la web se ha renovado con el fin de sincronizarse con el tiempo presente. Comienza así una nueva etapa.

Entrevistamos a Francisco Valenzuela para echar una mirada hacia el pasado, valorar el presente y reflexionar sobre el futuro.

La Vida Útil (LVÚ): Francisco, Revés está por cumplir trece años de actividades y la web acaba de estrenar un nuevo aspecto. Pero rebobinemos, ¿cómo recuerdas los inicios allá a principios del milenio?, ¿por qué decidiste empezar este proyecto y cuáles eran tus objetivos entonces?

Francisco Valenzuela (FV): En 2002 era un economista recién graduado que quería emprender un negocio propio, cosa que le sucede a muchos jóvenes profesionistas, y cuya mayoría naufraga ya sea quedando en bancarrota o dilapidando el dinero de sus padres. Tuve la ingenua idea de emprender un proyecto editorial, que en sus primeros números no tenía pies ni cabeza, pero que poco a poco logró una identidad propia, siendo algo así como la única revista de cultura alternativa en la ciudad, lo que sea que eso signifique. El objetivo era tener una revista de rock, de comics, de literatura underground, de cine de autor, pero sin caer en lo contracultural. Quién sabe, creo que nunca supimos cuál era el objetivo.

LVÚ: Seguramente han pasado un montón de cosas durante estos casi trece años, cuéntanos algunos momentos clave de la historia de Revés, ya sean buenos, regulares o malos.

FV: 1. El primer momento clave fue darnos cuenta que una revista de cultura nunca sería negocio, sobre todo porque a quienes hemos estado en Revés no nos gustan los círculos del poder político, que es de donde quizá se pudo haber financiado esa versión impresa que pese a todo se mantuvo por la insólita cantidad de setenta números y ocho años.

2. El día que nos invitaron a presentarla a un encuentro de revistas culturales en el Centro Cultural España, del DF. Vendimos todos los números y hasta nos salieron distribuidores.

3. Durante todos estos años hemos organizado fiestas por cualquier motivo. En cada fiesta perdemos dinero, pero conocemos a mucha gente que luego recuerda con cariño a la revista.

4. El día que decidimos dejar de imprimir y editarla en línea fue lo mejor. Las revistas impresas no deben existir más, solo contaminan y ya nadie las lee.

5. Pero cuando alguien me dice que todavía guarda los ejemplares impresos de Revés en su casa y los relee periódicamente, entonces ya no sé qué pensar.

LVÚ: Haznos un análisis: A lo largo de tus años de experiencia en torno al periodismo –cultural o generalista- hasta ahora, ¿qué aspectos se han transformado en la profesión, para bien o para mal?; ¿las condiciones laborales y las circunstancias sociales han empeorado para el periodista mexicano, como así parece ser?

FV: El periodista es uno de los profesionistas peor pagados y vapuleados en este país. Mis amigos que trabajan ya sea para diarios, televisión o radio ganan sueldos ridículos y muchos de ellos ni siquiera tienen prestaciones. Pero además, sus jefes no valoran lo que hacen. Un amigo protestó en el diario para el que trabaja porque le mutilan sus notas, y lo que le contestaron fue que manda la publicidad; si entra un anuncio, se corta la nota, o desaparece, así de fácil. A esto hay que añadir el riesgo de esta profesión en un país como México, donde los políticos y los narcos se unen para eliminar a los informadores que les son incómodos. Pero hay de todo, como los periodistas corruptos que venden su trabajo al mejor postor, así que tampoco victimicemos a todo mundo.

LVÚ: ¿Qué momento crees que vive hoy un medio como Revés?, tanto en su propia historia como medio de difusión y crítica sociocultural, así como ente periodístico insertado en una realidad concreta (Morelia, Michoacán, México, Norteamérica) en tiempos como los que estamos viviendo en la actualidad.

FV: Estamos en un periodo de lucha constante, porque creemos que vale la pena ser un medio que comparta sólo información de arte y cultura. Internet está lleno de agregadores de noticias, sitios que reciclan información de otros sitios, una cosa demencial. Particularmente en Michoacán no tenemos un medio original, que apueste por géneros como la crónica, el reportaje de fondo, la entrevista… A eso le apostamos, a ser esa alternativa periodística para quienes buscan algo más que veneno político o chismes del espectáculo, o los que sólo reproducen boletines oficiales de gobierno porque así mantienen a sus negocios. Es complicado, pero creo que cuando eres capaz de contar historias originales y cercanas a la audiencia, estás dando pasos importantes.

LVÚ: La ciudad de Morelia, el estado de Michoacán y un país como México, ¿son lugares con consciencia cultural o más bien se trata de un panorama difícil como así muchas veces parece?

FV: Creo que en Michoacán la única consciencia es que en cualquier momento te pueden matar o robar, o extorsionar o secuestrar. Es un estado tan inseguro que cuando se te va quitando el miedo ya te enteraste que a tu amigo lo acaban de asaltar, o que secuestraron al señor del negocio. Cuando todo eso pase, ya habrá tiempo de pensar en una reconstrucción cultural.

LVÚ: ¿Consideras que Revés ha influido en la cultura y en el periodismo de Morelia?

FV: Sería imposible medirlo, pero nos conformamos cuando una persona nos dice que gracias a la revista se acercó a los libros de tal autor, o que escuchó tal disco. Si eso ha ocurrido con media docena de personas, habrá valido la pena todo este esfuerzo. Quisiera influir en el periodismo, porque el que se hace en el estado es malo, cuadrado, corrupto, chafa, anticuado, amarillista. Cada vez que un egresado de periodismo o comunicación consigue trabajo en un medio local es una desgracia, porque lo van a echar a perder. Con Internet la cosa se ha puesto peor, porque abundan sitios espantosos que no cuidan ni la más elemental regla de redacción: le pagan una miseria (o no le pagan nada) a jóvenes que no saben ni lo que suben a esos portales.

LVÚ: Si pudieras volver al pasado, ¿dedicarías otra vez parte de tu vida a Revés?

FV: Ufff, la pregunta del millón. Ser editor es un trabajo muy raro, incomprendido, sobre todo desde la esfera independiente. Pero creo que sí lo haría, más o menos igual, quizá con mayor talento para sacarle renta, pero sin caer en ese periodismo mediocre que pulula en todas partes. Además, para dedicarme a otra cosa tendría que regresar mucho el tiempo, regresar a la niñez y querer ser médico o abogado, algo normal en la sociedad.

LVÚ: ¿Qué le dirías a un chaval que se quiera dedicar al periodismo cultural hoy?, ¿que se deje de sueños y que mejor abra una cantina?

FV: Le diría que si eso le apasiona de verdad, entonces le dedique la mayor parte de su tiempo. Pero que lo haga bien, que busque su propio estilo y se rodee de gente con las mismas metas. Y que busque cómo capitalizarlo, porque el periodista cultural no puede vivir del reconocimiento o los aplausos. Es difícil, pero sí se pueden buscar mecanismos que financien este tipo de proyectos. Ese es precisamente el gran déficit de Revés, que no hallamos la forma de ingresar dinero constante para pagarle a los colaboradores. Cada vez que alguien me manda un texto para publicarse, me da mucha pena no poderle pagar por su tiempo invertido. Pero en eso estamos, ¡confíen en nosotros!

LVÚ: Háblanos sobre tus otras facetas. También te encargas ahora, junto con Alejandra Quintero, de un proyecto que se llama Hecho en Michoacán, ¿en qué consiste?

FV: Es un proyecto que busca mostrar una cosa: que en Michoacán, en medio de las balas y los gobernantes ladrones, hay una escena artística viva. Mucha gente asocia al estado con Alfredo Zalce, pero Zalce ya está muerto. En cambio, hay muchos músicos, cineastas, teatreros, bailarines, artesanos, compositores, escritores y un sinfín de talentos que le dan un poco de sentido a este caos. La cultura la hacen ellos, no los festivales millonarios que duran una semana. De eso se trata, de entrevistarlos tanto en el formato de video como de radio y que nos cuenten cómo se le hace para ser un artista en un estado que no sale del shock. El proyecto tiene el financiamiento del Sistema Estatal de Creadores y pueden encontrar todo su contenido en www.hechoenmichoacan.org

LVÚ: Y eres el locutor de Noches de Cine, dime ¿qué tipo de ambiente se genera en la cabina los lunes a las 21 (hora centro Méx) a través de SMRTV?

FV: El programa está por cumplir nueve años al aire, aunque yo me integré hace tres. Es una hora que se pasa muy rápido, la radio es tan maravillosa que quisieras estar siempre más tiempo en esa cabina, donde sólo existen (en este caso) los compañeros de conducción y el jefe de controles técnicos, todos trabajando sin tener una idea de quién te está escuchando. En Morelia abundan las estaciones de radio cuyo contenido se puede resumir en música pop y grupera, complacencias, noticieros y la lectura del horóscopo, así que hay un importante segmento de audiencia que busca opciones distintas: nosotros les compartimos nuestros limitados conocimientos y gustos por el cine independiente, de autor. No somos expertos ni mucho menos críticos, le apostamos más al intercambio de opiniones y sobre todo le damos espacio a cineastas y gestores independientes. El ambiente es divertido, sobre todo cuando peleamos por defender a nuestras películas y autores favoritos.

LVÚ: También capitaneas el Colectivo Terremoto, una de tus vertientes más festivas, ¿qué es y cuál es la filosofía del Colectivo?

FV: Joder, solo me falta vender seguros o biblias… Terremoto nació cuando el dueño de un bar en ruinas me dijo que fuera a pinchar cumbias, porque nada de lo que ya había probado le funcionaba. Yo no tengo idea de cómo mezclar música, pero estaba seguro que en ese bar oscuro y pequeño poner cumbias podría ser divertido. Le agregué lo de colectivo porque soy tímido ante las masas y siempre necesito que alguien me acompañe para hacer ese tipo de ridículos. Primero me acompañó mi amigo Chava Munguía, pero como no le gustan mucho las cumbias renunció tras la primera sesión. Después llamé a Maicol, un tipo de lo más divertido que tampoco sabe pinchar, pero que toma el micrófono y dice estupideces, porque el concepto es hacerlo como un sonidero, como los que nacieron y siguen existiendo en la Ciudad de México, una mezcla entre música y locución. A veces se integra Anabelle Paulín, que le pone un toque kitsh con música noventera pop y tecnobanda.

En resumen, Terremoto se trata de pasarla bien con esa música que no nos gustaba cuando éramos jóvenes porque preferíamos a Nirvana y Metallica. Cuando pincho me pasa algo extraño, es adictivo, permanezco hasta cinco horas consecutivas parado poniendo una y otra canción, es como una droga para no enloquecer los viernes. Es curioso, porque lo que nació como un experimento se empieza a convertir en una marca, pues ya nos llaman de otros bares para tocar y hasta nos pagan dinero. Nuestro sueño es que alguna vez nos llamen al Vive Latino, entonces podremos morir en paz.

LVÚ. Venga, Francisco, seguro que tienes algún otro proyecto entre manos, ¿alguno literario quizá?

FV: Siempre he lamentado que por hacer tantas cosas no me especialice en ninguna. Sin darme cuenta me he convertido en muchos personajes, pero no termino por ser un escritor, o un locutor, o sólo un periodista. Y ya ni hablemos del economista, en cuya carrera desperdicié cinco años. Si me preguntas, lo que más me gusta es escribir y hacer periodismo, pero de ahí se han desprendido decenas de cosas. El año pasado hice otra barbaridad: un stand-up, con el tema central de un par de escritores fracasados en compañía de mi amigo Edgardo Leija (te digo, siempre necesito compañía).

No hay miedo más grande que pararte en un escenario y pretender que la gente se ría con tus chistes. Minutos antes de mi debut me temblaban las piernas y me sudaban las manos, pero ya arriba creo que no salió mal, pues la mayoría de la gente se rio y hasta repetimos función.

Ahora estamos preparando un nuevo show que será más teatral y fársico que standupero. Seremos candidatos políticos que buscan el voto a base de mentiras, engaños y promesas que no se pueden cumplir. No tengo idea de cómo nos saldrá porque aún no he escrito ni una línea, pero ya estamos programados para finales de marzo, así que seguro una de estas noches me clavo en el teclado hasta que salga algo decente.

Y en términos literarios, quiero tener tiempo para escribir un libro de cuentos de humor negro; un par de ellos ya se publicaron en la antología Lados B 2014, editado por Nitro-Press. Es una extraña mezcla de cine camp, narcos, anti-héroes pulp y poetas malnacidos.

LVÚ: Por último, ¿cuál es el futuro de Revés?

FV: Hay un colega que dice: “mi revista vivirá hasta que yo muera”. Difiero, Revés vivirá hasta que tenga sentido su existencia. El día en que deje de ser importante para la audiencia que buscamos, ese día se termina Revés. Por lo pronto, estamos trabajando muy duro para que eso no suceda, espero que su futuro tenga que ver con un periodismo cultural de calidad: crítico, inteligente y con mucho sentido del humor. E insisto, que encontremos vías de financiamiento y poder pagar a cada una de la personas que colaboran con Revés.

Desde aquí deseamos larga vida a Revés y celebramos esta nueva etapa con nueva imagen.


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Un comentario

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  • Víctor L. Briones
    1 marzo 2015 at 9:23 am - Reply

    Pues habrá que indagar sobre Revés. La cultura es supervivencia y la mejor vida posible al mismo tiempo.

    Gracias por el descubrimiento.

  • 336x280ad

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