Aldo Linares, Llum y Parade: tres hombres apasionados

Linares y Sáez presentaron material recién salido del horno y Galvañ repasó buena parte de su carrera. ...Read More

5 de octubre del 2012, Madrid. Sala Clamores

De estreno estuvo Aldo Linares, presentando su single Aldo Linares y las mujeres (Jabalina, 2012) de la serie “Dedicatessen”. Le acompañó una formación que ya ha estado con él antes en otros directos (aunque se echó de menos el punto cochambroso de Vadim Tudor que no pudo estar por enfermedad) y se unió al frente Linda Mirada para abrir el concierto (leyendo una lista de nombres de mujeres importantes e influyentes en la vida de Linares) y luego volvió para interpretar las dos canciones que registró junto a él en el single: “Temporada estival” y “Confederados”. Aldo presentó una versión de sí mismo un pelín más pop y menos oscura que en anteriores ocasiones y demostró que su voz está en plena forma. Para el recuerdo quedará la imagen de un delgado y huesudo Linares, de espaldas al público, cantándole “Canción de amor industrial” a una Anita Ekberg que se proyectaba al fondo del escenario.

Llum-LVÚPero Aldo no fue el único vestido de gala esa noche porque también Jesús Sáez, quien fuera batería de los ya desaparecidos Polar, presentó por primera vez en directo el grueso de su LP de debut como Llum: Limelight (Jabalina, 2012). Pop folkie, íntimo, juguetón, cálido y un tanto naïve. Se ha dicho y escrito que para este disco Sáez se inspiró en gente como Nick Drake, Roy Orbison, Bob Dylan o Jens Lekman, pero a mí me recordó más bien a un Jack Johnson menos atrevido o a un Bill Callahan entusiasmado en un parque de diversiones. Se le notó emocionalmente sincero y se hizo acompañar de un conjunto compacto de bajo, batería y piano, más él a la guitarra y al cante. Durante la interpretación de uno de sus temas se colocaron un gorrito de papel en la cabeza como los niños que adornan la portada de su disco. El momento más conseguido de su participación llegó, paradójicamente, con el único tema en castellano de su repertorio, “Tragón” (todas las demás están en inglés, aspecto que nunca he entendido de las bandas no inglesas), que habla sobre una de sus pasiones declaradas: la comida. A Llum le hace falta algo más que una buena intención para atrapar al público…

Parade-LVÚAntonio Galvañ como Parade, por su parte, abrió con una versión de “La fuerza de la costumbre” de Gabinete Caligari, mientras al fondo del escenario se proyectaba la escena final de la película El verdugo (Luis García Berlanga, 1963); momento mágico y único (¡ole por aquellos que se arropan reivindicando cultura nacional!). Parade, al piano, junto con acompañamiento a la guitarra y a los teclados, repasó con más aciertos que desaciertos una buena parte significativa de su carrera, haciendo especial énfasis en sus dos últimos trabajos, el largo Materia oscura (Jabalina, 2011) y el también single de la serie “Dedicatessen” Parade en el estudio Ghibli (Jabalina, 2012), que contiene cuatro temas dedicados al cineasta Hayao Miyazaki, como Totoro, que cita evidentemente a la película “Mi vecino Totoro” (1988). El inmenso imaginario pop de las canciones de Parade se iba complementado con proyecciones de películas de referencia obligada para él como 2001: A Space Odyssey (Stanley Kubrick,1968) siendo como es un loco por la ciencia ficción, pero también hubo otras que se alejaron de ese género como Pretty in pink (Howard Deutch, 1986), They Shoot Horses, Don’t They? (Sydney Pollack, 1969), entre otras. En “Nunca bailo” nos hizo bailar y en “No más rocanrol” nos hizo rocanrolear. Este querido profesor de Yecla (Murcia) cerró su presentación con una versión de “Stephen Hawking” muy alejada de la que registró en estudio y luego en el encore remató con un único tema, emocionando con “Autopistas elevadas”, que nos dejó naufragando gratamente por emociones extraterrenales. Sólo faltó un poco más de público…


Fotos: Estrella Checa.

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