Los pelos se erizan, te entra un escalofrío que va desde el coxis al sistema límbico, se alteran los nervios, se dilatan las pupilas, se tensan los músculos, la respiración se contiene, salta la alarma cardiaca, se mira por detrás de la espalda expectante ante cualquier manifestación extraña o paranormal… La experiencia sonora que propone el dúo sevillano Jacob en The Ominous (Utech Records, 2013) es un viaje perturbador y acojonante a las entrañas del inframundo y al lado más susceptible de nuestro subconsciente.
David Cordero (ex Úrsula) y Marco serrato (miembro también de Orthodox y de Hidden Forces Trio), quienes ya habían trabajado en la banda sonora de la película Seis puntos sobre Emma (Roberto Pérez Toledo, 2011), el primero como coautor junto a Carles Guajardo, y el segundo como músico de estudio, publican ahora un ominoso álbum dividido en dos piezas, “The Ominous” y “The Ladder, The Angel, The Whore”, que a su vez se subdividen en tres partes cada una, en las que plasman tenebrosos pasajes que afectan la tranquilidad del oyente, dejándolo en un estado de suspenso y horror, a base de conjugar una serie de elementos entre el dark ambiental, noise, drone, contemporánea y experimental.
The Ominous podría ser la representación musical de una pesadilla, un quejido monstruoso proveniente de un universo abominable, una mueca grotesca del más allá, una psicofonía concebida con instrumentos…
Escuchar este disco es ser devorado por un abismal hoyo negro. Es una visita a ese lóbrego lugar donde moran las almas torturadas, llenas de dolor, sufrimiento, pena y angustia. El miedo te paraliza, sudas frío. Andas a tientas por lo desconocido. Crees que tiembla pero es uno el que no se sostiene con pie firme. Cierras los ojos y te enfrentas a tus traumas; los abres y frente a ti se halla levitando la niña de pelo negro y piel pálida en camisón que tantas veces te persiguió en la oscuridad cuando niño.
The Ominous es como la respiración de una bestia oculta y acechante. Por momentos también pareciera un crujido intergaláctico. Trastoca los sentidos. Te induce, te sugestiona. A ratos resulta narcótica. Percibes ecos, gruñidos, golpes sobre superficies metálicas. Alguna luz logra abrirse pero es devorada sin compasión por las tinieblas. Un cosquilleo recorre el cuerpo.
Luego de casi cuarenta minutos de trance (en los que prácticamente no notas cuando un track cambia a otro porque el discurso musical no se detiene, sino que sutilmente se va transformando, dando unidad al conjunto), uno se descubre de pronto como despertando de un mal sueño. Entonces respiras aliviado.
Jacob arriesga y gana. The Ominous es una de las experiencias más aterradoras de la temporada. Engancha y te mantiene en vilo como las buenas películas de horror.
Oye tú, director que te encuentras rodando –o lo contemplas en la brevedad- un proyecto de estas características, ya te estás tardando en llegar a un acuerdo con Jacob.
Artículo publicado originalmente en Fac magazine.
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